Patio de un colegio ubicado
en Paraná y Santa Fé. Media mañana con sol a pleno.
Una
orquesta sinfónica se dispone a tocar el segundo número de un concierto
didáctico. Todos los niños y maestros esperan la música con expectación. El
director baja la batuta para el primer compás. La música de la Novicia Rebelde
comienza. La mano de un maestro acompaña la batuta. El pié de un niño marca los
tiempos de la mano. Un estruendo ensordecedor para la música, los músicos, la
batuta y el pié. El sonido se prolonga. mientras todo está detenido, sólo la
mano se crispa y se cierra contra el pecho.
(Concierto didáctico de la
Banda Sinfónica Municipal en una escuela, a pocas cuadras de la Embajada de
Israel,16/3/92)
Un día como hoy, hace veinte años, eras testigo presencial, a solo seis cuadras de distancia, del horror del atentado contra la Embajada de Israel.Un día como cualquier otro en que la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires realizaba sus conciertos didácticos para los niños de las escuelas, de esta ciudad.
Siete años después,y en el mismo día, te ibas de este mundo.
Te acompañamos, hasta donde pudimos, tu hijo Fabricio, tu hijo en el afecto Alejandro, mi padre y yo. Papa, el ultimo que te vio con vida, también ha partido, este año, pero sin ninguno de tus atroces sufrimientos.
Decía el poeta, que solos se quedan los muertos.Mas no sera para los mios, mientras tenga un hálito de vida para recordarlos y para recordarte cada día, en la propia estampa de tu hijo.
Este es mi homenaje a ti, a trece años de tu partida.
R.I.P Claudio, y viva por siempre tu memoria de músico en la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires, de tus veinticuatro años interpretando la mas hermosa música del mundo, la música de la belleza, la única a la que Sigfrido tenia miedo, él, el mas valeroso de todos los mortales.
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