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miércoles, 27 de abril de 2011

Escritos Idiotas I: algunas cosas que supe de ella.

Voz de mujer en off

Qué revela más a un personaje?
Lo que hace?
Lo que no hace?
Lo que dice?
Lo que calla...?
Lo que piensa para sí?
Lo que dicen los otros?
Lo que llora?
Lo que ríe?
Lo que escribe...?
Lo que lee...?
Lo que ven sus ojos... o lo que desea cerrándolos o poniéndose unos anteojos?

En esta unidad indisoluble se esconde el personaje, y aunque sepamos todo, como mal creemos de nosotros mismos, siempre está allí el misterio de lo que seremos ante cada cruce de la historia.

Los dedos de la mujer percuten el teclado y comienza a escribir.

Abre de negro.

 Se escucha el timbre de un teléfono.

La mano de una mujer toma el auricular.

                                               Mujer
                                   (de unos cuarenta años)
 Hola?... que decís Silvia... (...)  yo? ... haciendo el cruce del desierto...(...) no te rías, boluda...(...) hace años que me subí al   camello...  (...)sí...dando vueltas por toda la casa con el brazo al   hombro y la perra que me sigue a todos lados (...) Los chicos? en el colegio y bien. (...)  Sí, voy todos los jueves, a la noche... (...) nada importante... garabatos en los que me escondo(...) Todo eso no me consuela, no quiero consuelos... quiero que alguien se  decida a darme un sopapo y me despierte (...) Creo que me lo voy a  dar yo, que soy la única de quién puedo esperar algo... Chau... te dejo.

Corte a:

La mujer está en un dormitorio: cama de una plaza sobre una pared machimbrada. En la pared contraria, un gran placard y una biblioteca. La mujer se acerca a ella y recorre los títulos de las muchas carpetas allí apiladas: Programa de Inversiones Sociales Municipales, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

El rostro de la mujer se contrae en una mueca de su boca que resopla de desagrado. Le da la espalda a la biblioteca y a las carpetas.

Mira hacia la pared de madera y ve dos posters a los que sonríe, después de un rato: uno reza Fondo Nacional de las Artes. XX Feria Internacional del Libro.1994. El otro, XIII Festival Internacional de Cine. Mar del Plata. 1997.

La mujer vuelve a mirar el primero y se detiene en el año. Luego baja su vista hacia la alfombra y recuerda:

el rostro de un hombre. Este  le entrega un paquete envuelto para regalo. El hombre está con una sonrisa velada, y con ojos brillosos. Ella toma el regalo y lo mira con temor en una sonrisa que se desvanece. Él le dice “ es un obsequio de despedida...” Le acaricia una mejilla.
La mujer está viajando en un subte. Mira el paquete y lo abre. Autobiografía IV. Viraje. Victoria Ocampo. Mira las primeras páginas. Luego observa el lomo. Una página está orejeada. La abre y lee:

No me induzcas a que cargue mi nave con deuda,
 deja que me vaya con las manos vacías,
 no sea que el precio de amor que temerariamente pagas
 sólo revele la pobreza de mi corazón.
 No puedo sino amontonar en tu vida los rotos
  fragmentos de mi pena,
mantenerte despierta en la noche con el lamento
 de mis sueños solitarios
 Mejor es que permanezca mudo,
  y te ayude a olvidarme.


La mujer sale del dormitorio. Está frente a otra biblioteca de la casa y tiene el libro de la Ocampo en sus manos.
Observa el título: segundo poema dedicado por Rabindranath Tagore a Victoria Ocampo.  La mujer levanta sus cejas y luego cierra sus ojos apretándolos. Cierra el libro que se cae de sus manos, abierto.
Lo observa. Con cuidado lo toma  allí, donde la providencia quiso que quedara: pag. 15. Lee:

La vida no escatima sus duras enseñanzas. De ella se aprende a dudar de sí misma... !que digo!...de todo. Se aprende de ella que la felicidad es una de las cosas de la que se prescinde habitualmente y que para alcanzar la gloria es necesario herir, desgarrar el corazón y ofrecerlo en pedazos, de los cuales, los más ensangrentados son considerados los más sabrosos”.

Sonríe.
Lo acaricia y lo devuelve a la estantería.

Se queda un momento pensativa.
Va hacia el patio, mira la parrilla. Toma un balde  y regresa al dormitorio. Con la mano izquierda comienza a sacar las carpetas de la ONU.

Camina hacia el patio con todos los papeles en el balde.
Abre la parrilla patagónica y los deposita.

Coloca carbones y los enciende.
Baja la tapa de la parrilla que humea por la pequeña chimenea.

Vuelve al dormitorio. En la estantería hay una bolsa. Adentro tiene tres agendas viejas de los años 1993,1994 y 1995. En la del 93 busca la letra G pero, luego, decide no abrirla.
Regresa al patio.
Junta los papeles y las agendas viejas y los echa a la parrilla.
Mira, sentada en un sillón de jardín, la chimenea que humea.

Suena el teléfono.
 Hola mami...
Hola querida, mirá te llamo porque quería saber si te interesaba tener la carpeta con los papeles que traje de España?...
Cómo decís mamá?....pero más vale que los quiero...
No, que se yo... tenés tanta cosa, pero... ahora hiciste más lugar, no?....
Todos los placares son para mí, mamá... es más... me hice de más lugar todavía, sabés...
Así, cómo?
Mirá... no, mejor no te lo cuento.

corte a:

La mujer vuelve al dormitorio y observa la estantería que posee, ahora, sólo dos carpetas. Toma una de ellas que está etiquetada Originales.
La abre y lee.

De la manía familiar de juntar papeles inservibles.
Una tarde de abril, en España, estando mi madre visitando la casa de mi abuelo, encuentra un arcón viejo y vetusto. El mismo se hallaba a un costado de la gran cocina, conservada como fuera  hecho un siglo antes: con depósito para ramas, piñas y troncos para encender el fuego y cocinar, sobre un pequeño trípode de hierro,  los peroles de cocidos gallegos.
Qué hermoso arcón! exclama mi madre. Pues... mira, está todo lleno de papeles viejos...
Papeles viejos? pregunta con emoción mamá. Pues sí Chela... papeles del padre del abuelo y quién sabe qué más. Mira, estuve a punto de tirarlo todo... pero, vale si quieres verlo... hasta si te lo quieres llevar.
Los ojos de mamá se empañan de emoción
Maruja con presteza saca toda la porquería de la que el arcón sirve de repisa. Le sopla un poco del polvo que lo cubre y lo abre.
Pues aquí tienes... revísalos mientras yo voy a atar a la ternera.
Mamá toma una silla y se sienta junto al arcón. Sus ojos brillantes observan, primero, papeles amarillos, escritos a pluma, cocidos con hilo y doblados en varias partes. Todavía no se atreve a tocarlos. Se pone los anteojos cuando vislumbra, borrosamente, que uno tiene un matasellos enorme y de gran filigrana. Lo toma entre sus manos temblorosas y lee con esfuerzo la caligrafía rebuscada:
25 de octubre de 1648. Certifico que Don. (ilegible) García, propietario de las tierras comprendidas entre los pasos.....
Mamá está leyendo la cesión de tierras que mi tataratataratatarabuelo le hiciera  a una viuda con varios hijos. Es una verdadera pena que nunca sepamos que tenía él con esta mujer.
Llora mi madre ante el descubrimiento del tesoro de la memoria familiar.
Se trae todo lo que puede, es decir, lo que le entra en un bolso de viaje comprado ex profeso.
Al regreso, comienza a copiarlos.
Ese año, 1994, me entero de esto y mucho más de  la noche perdida de los tiempos, antes que los García y los Rodríguez comenzaran a ser una sola familia con mis abuelas primas hermanas.
Al parecer tuve seis tíos tatarabuelos curas que le hicieron vender casi todas las tierras a mi tatarabuelo  a favor de la Iglesia.
Décadas antes de este tiempo, mi tío abuelo Lázaro, hermano de mi abuelo Modesto, padre de Chela, porfiaba y porfiaba,  ante la sonrisa de los más educados, las risotadas de mi tío, y mi rostro serio con ojos deslumbrados, que uno de los García había sido el último virrey de Cuba, y que nosotros éramos sus descendientes. 
También supe que de algún modo la familia estuvo dividida entre los chupasirios-cagademonios, como los llamaba mi otro abuelo, y los anarcosindicalistas y republicanos diversos. Muchos pelearon la Guerra de Marruecos, como el padre de papá, en el Regimiento de Ceriñola casi todos la Civil Española  y otros la Segunda Mundial, cruzando, desde Barcelona, los Pirineos para liberar a la gran Francia en nombre de la libertad y el internacionalismo proletario, ya que a España no se podía.
He escuchado  de mis mayores el preciado legado de continuar la memoria familiar: historias, historias, y más historias... de cobardes y héroes, de pasiones prohibidas entre una niña y el cura del pueblo; de niños como mi padre enfrentados a la crudeza de la vida, de la pobreza y  del dramatismo de la guerra...

Siempre sentí que era  la depositaria de esas historias, que llegaron  a mí por la porfía de la reproducción de la especie y de conservar la memoria familiar. Son trágicos los españoles, y los hijos de españoles, también.

Tengo 28 años,  estoy separada hace más de un año, vivo sola con mi pequeño hijo. Me invitan a Le Club, en la Av. Quintana. Somos varios amigos. Uno de ellos me dio vuelta la cabeza, pero ya  no trata de seducirme, lo veo cada vez más lejano. Estoy junto a él en la barra. Una amiga del grupo se nos acerca  y le pasa los dedos por la cintura. Él sonríe. Yo estoy inmovilizada. Miro al barman que me observa con los ojos entrecerrados y con una leve sonrisa, vierte sobre una copa del champan de calidad que el hombre le indicó me sirviera. Cada vez que la termino, él la vuelve a llenar. Así y así hasta que ya no sonríe. Mi compañero, ocupado con nuestra amiga, por fin se da vuelta hacia mí y me pregunta:

Que pasa... estás deprimida?
No.- le contesto.
Estás trágica? pregunta burlonamente.
No, le contesto mirándolo fijo, no estoy trágica, soy trágica.
El se ríe y me contesta: Ya me lo imaginaba.

Tomo mi cartera y emprendo la retirada.
No veo el pequeño escalón y me precipito a tierra totalmente desparramada. Me levantan creyendo que estoy borracha. Uno me sopla en la cara, con el ánimo de darme aire. Tiene un aliento pesado a varios olores. Me deshago de ellos, llorando... me insultan por lo bajo y los espanto a manotazos.
Cuando llego a casa, siendo las cinco de la mañana, sola en un taxi, llorosa y apichonada, odiándome a mí misma, me preparo el mate y me pongo a escribir  El lugar de la transgresión, relato esquizoide sobre la naturaleza del mal, basado en un texto de Arthur Machen. Ese día no dormí.
Con el escrito de aquella madrugada gané un concurso .
Nunca más volví a Le Club, ni a ver a mis amigos.

La mujer sentada sobre la cama pega un salto con los ladridos desaforados de la perra. La espanta a las puteadas. El animal que sigue ladrando y mueve la cola incesantemente la mira y se dirige hacia la puerta de entrada. Comienzan a tocar el timbre con verdadera insistencia. La mujer grita Ya voy... YA VOY... callate vos, deja de ladrar... ya voy...

Abre la puerta.

Entran como en horda cuatro jóvenes por arriba del metro ochenta con tres guitarras eléctricas.
Para que cerraste mamá?...a quién le tenés miedo eh?
Hola Ale, que temprano que viniste, que pasó en el colegio?
Los muchachos se ríen con estruendo.
Ella mira las humanidades  con la cabeza para arriba.
No, lo que pasa que... (Alejandro se ríe, los muchachotes también)
Se hicieron la rata, dice ella.
Es que tenemos que ensayar, mamá...
Y por qué no me dijiste, si sabés que tenés que pedírmelo nomás.
Todos se vuelven a reír y agachan sus cabezas para saludarla.
Hola Lili, cómo andás del brazo... eh?
Bien, bien... dice ella, con cara de resignación. Comieron?
Los cuatro se paran repentinamente y la miran.
Eh? no Ma...
Bueno, voy a encargar unas pizzas... eh?
Dale, dale... Lili, dice otro.
Vas a ensayar con la batería?
y  si no con qué, Ma...?
Bueno, pero sin amplificadores eh?( La voz de la mujer se hace áspera). Está claro Boryi? y vos Ale, le ponés las gomas a los parches... eh?( Alejandro resopla).
No. no sí... no se preocupe...
Que van a ensayar?
Una de Megadeath...
Ah... (la mujer se va hacia la cocina con el rostro transido).


La mujer pone la mesa con dificultad.
Suena el portero eléctrico. La perra ladra otra vez  como desaforada.
Callate... callate... hola?
Pizzería.
Puede subir?
Nooo!
(La mujer resopla de fastidio) bueno... Ya bajo!.

Corte a:

La mujer desde el ascensor escucha a su perra amplificada, que ladra desde el palier,

El chico tiene cuatro cajas de pizza. Le mira el yeso.
Agarras las pizzas y me pagas o al revés?
Al revés, men... dice ella.
Eh?
Que te pago primero. Servite.

El joven cuenta los tickets y la moneda de un peso.
Gracias, eh?
De nada.

La mujer con dificultad logra cerrar la puerta.
Cuando se da vuelta escucha que golpean... Está un  niño sonriente que hace monigotadas. Por detrás una mujer cierra la puerta de un transporte de escolares y va hacia el niño.
Ya voy Mirta, dice la mujer.
Se mira las cajas de pizza. Con esfuerzo las pone en los escalones de la entrada. Abre. El niño se abalanza hacia las cajas al tiempo que dice Pizza, Pizza, pizza, !!
Mira a la mujer que cierra  la puerta y saluda a la del transporte con la mano izquierda.
Hola Fabri...
Mamá... Pizza. Humm( el niño saca toda su lengua , se relame mientras mueve en círculo su mano sobre el estómago y salta como un mono).

Corte a:

La mujer está frente a una computadora. Tiene unos enormes auriculares por los que se escucha el Teniente Kije, de Prokofiev. Mira hacia su izquierda cuando escucha el sonido penetrante de varias melodías de rock pesado. Sube el volumen. Vuelve a mirar, ya con la cara tensa y los ojos desorbitados.
El niño sale del dormitorio con una guitarrita electrónica a todo volumen haciendo la mímica de Michael Fox en Back to the Future. El niño desaforado entra al comedor donde están los muchachotes, que ensayan sin amplificadores a Megadeath; todos comienzan a reírse con estrépito.

Corte a:

La mujer abre la puerta de entrada, sonriendo. Por ella salen los muchachos, uno de ellos lleva una pelota de fútbol. A continuación sale el niño con una bicicleta. Por último, Alejandro con botella de agua mineral. Dos horas, Ma. Aprovechalas.


Corte a:

La mujer está sentada frente al monitor. La hoja del procesador de texto está en blanco. Aparece la leyenda Word guarda automáticamente Doc. 1.doc. Tres veces la computadora guarda la hoja en blanco.

La mujer mira hacia su derecha, donde se ubican unos trescientos cincuenta libros; lee algunos de  los títulos en los lomos: El país del Aguante, A la sombra de las muchachas en flor, La rama dorada, Gaspar de la noche, Perón o Muerte, Shidarta, El Perseguidor y otros relatos, La vida está en otra parte, Residencia en la tierra... Canto a mí mismo...

Mira la página en blanco.
Los dedos accionan el teclado y escribe:

Pienso en a quienes gustan de las películas descriptivas. Esto podría ser un garabato de una de ellas. Porque este personaje que se esconde de sí mismo, en un mundo social y familiar, convengamos, que no acciona para sí -en acciones concretas y visuales- bulle en un mundo privadísimo de evocaciones y recuerdos.
Cada libro que ha mirado le dispara una historia propia, concebida dentro y fuera  de él, con circunstancias, motivaciones y conflictos. Plots, cientos, y  no se pone manos a la obra.
Cada cuadro que posee está allí por una razón personal. Cada objeto cumple con su función de evocación.
Por que lo hace? Que función cumple éste entorno?  He aquí la motivación del personaje.
Es una etapa de su vida. ? Muy  probablemente. Existen datos de la etapa que transita. Pero más allá de todo, ésta, quizás, sea su naturaleza y condición.

Le interroga al personaje:

Demasiados hombres en su vida? Nunca son muchos.
Demasiadas penas? Nunca son demasiadas.
Pocas alegrías? Siempre hay lugar para una más.
El Mundo? Mi planeta natal en el universo.
La vida? la gran aventura... el desatino... la mala leche... la locura... etc... etc...
La amistad? La más sutil de las relaciones humanas.
Los hijos? Los que sacan lo mejor de ella, sus mejores cualidades.
Defectos? Demasiado delimitadora de su territorio, siempre a retaguardia. Cuando pega el salto lo hace como un clavado olímpico  con varias piruetas: personaje con ciertas contradicciones. He aquí la dificultad.


Le pregunta al personaje: es propio de su naturaleza o por los giros de la vida?
El personaje contesta con una historia: una vez un jefe le dijo que ella era la versión femenina de Forrest Gump. Tragó saliva y se sonrojó. Todavía siente el calor en su cara.
Vaya a saber uno por qué lo dijo...
El personaje sabe porque. Esa sola certeza, muchas veces, la reconcilia con el mundo.

La mujer deja de escribir y se imagina al timón de un barco camaronero que va por la costa. Sus hijos la llaman desde un muelle. Ella al verlos se arroja al agua para alcanzarlos, dejando el barco que sigue su curso... volver a buscarla.
A la mujer se le llenan los ojos de lágrimas, pero no tiene tiempo de derramar una porque la perra ladra como una loca moviendo la cola, suena el teléfono y se abre la puerta por la que entran sus hijos, con la bicicleta, la pelota, los muchachotes riéndose. Todos le piden la merienda.

martes, 19 de abril de 2011

La Memoria del Asco

Era mi intención hablar de La Cámpora; para quienes no lo saben es una agrupación de militancia joven creada por el hijo del extinto ex presidente Néstor Kirchner.

 Pero como dijo, anoche, en un programa político, un otrora escritor argentino , ex embajador de la Unesco y ex candidato a Vicepresidente, La Cámpora es una página web.
 Con honestidad, a pesar de no coincidir en absoluto con sus posiciones sobre el mundo, la historia y el hombre, he acordado con él sobre ésta apreciación. Me sumergí en la página tomando un Reliverán al terminar de navegarla.

 Habiendo sido protagonista directa de lo que hoy, en el discurso oficial, se llama "juventud maravillosa", no pude dejar de repasar a los cronistas recientes de esta historia y los libros se acumularon delante de mí como los recuerdos. Ellos me han obsesionado durante décadas como acicates de una historia perdida, irremediablemente perdida para jóvenes extraviados en el fragor de una lucha de facciones peronistas.

 Tanto se ha escrito que yo no agregaría nada, salvo querer compartir este relato de mi imaginario de aquella época infame: jóvenes murieron sin saber que eran instrumentos de bandas organizadas de un lado y de otro, pero todas dentro del mismo Estado.

 Ojalá que siga siendo eso, una página web, de poca monta, inteligencia y desprecio por la historia. Una web mediocre que ojalá termine con este gobierno...no es bueno mirar un abismo, porque uno termina convirtiéndose en él.



Conoci a Susana en la esquina de Hipolito Yrigoyen y Alberti.
Cuando Mamá estaba  por servir el almuerzo, corrí hacia la cocina y le rogué : "... por favor, cortale la carne a Susana. Sí, mamá, sí ! lo que escuchaste.." "!...Pero cómo..?!", preguntó mi vieja  con insondable incredulidad. "Sí, mamá,sí, lo que te dije... cortásela...dame, dame el cuchillo , que se la corto yo". 
Quedaron, aquél mediodía, flotando como cándidos pajaritos en vuelo circular, los peros de mamá "Pero, pero...pero..?" Mientras yo cortaba el churrasco sonaban en mi cabeza, todavía, los tímidos peritos de mamá, hasta que se decidió a arrancar: "...pero...qué le pasa a esta chica..? no puede cortar la carne? " " No, mamá, no puede" , le contesté lacónica ." ...y por qué?", preguntó mamá con una mezcla de decoro y temor."Porque tiene miedo a que grite". 
Nos quedamos mirándonos fijo, sin decir palabra .
Mamá , a través de la puerta de la cocina, la observó con indisimulable recato por encima de mi hombro: certificó las extremidades superiores de la aludida Susana. Notó que tenía sus dos manos, con sus diez dedos,cargados de anillos de plata , los que  gesticulaban al son de su locuacidad.
Ella, mientras tanto, estaba conversando con papá, en el comerdor. Hablaba con verdadera exaltación sobre su próxima graduación de Procuradora, sobre sus incursiones en la carrera de periodismo y sobre sus intensiones con la ciencia política.
El viejo estaba verdaderamente seducido, subyugado por la presencia y el estímulo, que supondría, para su hija, una compañera avezada en la universidad y doce años mayor.
 Cuando aparecí en el comedor, los gruesos bigotes del viejo , comenzaron a caer ; el sostén de la cara se le vino abajo, ante el enigma  mental que  significaba entender un churrasco cortado en pequeños cuadraditos nadando en el jugo, que rezumaba junto al puré de papas.
Susana , con verdadera lentitud comenzó a levantar con la punta del tenedor  las partes más altas del puré . Yo miraba la operación  con curiosidad  y, debo admitirlo, no sin cierta admidaración  por la estética de los surcos que el tenedor  iban, desapaciosamente, dejando a su paso.
Mi padre  también miraba la operación, pero con cierto gesto de la boca caída, que denotaba algo así entre el asco, la sorpresa, la intriga y, porque no decirlo, la tentación a soltar una sonrisa.
Mamá la miraba a Susana no cierto espanto a los ojos. Ella, mientras deglutía el puré inmaculado, seguía con  toda la perorata a la única interlocutora  que le dirigía una mirada.
La escena era patética. 
Me dio risa, lo juro; pobre viejo , ni en el Moyano había visto cosa semejante. Como casi siempre sucedía, los hechos estaban en mi contra : papá se rectificó, en su fuero íntimo, de sus expectativas con respecto a mi nueva compañera. Habrá pensado, como siempre lo hizo,  y casi como una plegaria, que "Dios ayude a mi hija".
Con el tiempo nos fuimos amoldando a los modos gastronómicos de mi amiga. Siempre fuimos personas muy educadas y la relación con Susana , efímera, quizás, dadas las circunstancias, nos obligaron a cierto cambio de costumbres.
Todos en casa, sin excepción, aprendimos a tratar a Susana con el debido respeto y seriedad que su condición imponía. Con el tiempo supimos  de algunas otras rarezas de Susy con los cotidianos menúes. Por tal motivo, cada vez que se quedaba a comer nunca  se preparaba asado con achuras, ni chorizos a la pumarola, ni salchichas parrilleras ni aún, infantiles panchos, los cuales eran nuestra esperada cena de los domingos a la noche. Mamá se hizo experta en guisos, con la carne cortada, por supuesto, y en tartas, de jamón y queso.Jamás se volvieron a comer , delante de ella, bifes vuelta y vuelta. 
Susana,contrariamente a lo que podría suponerse,  no era vegetariana, lo cual constituía un verdadero  desatino de su parte, dada, por supuesto, su condición psicopatológica. Le gustaba la carne pero no quería cortarla, entonces la  disfrazaba de pan, a saber: milanesas, choripanes y diversos sanguches cerrados. El pollo lo comía desnudo, por decirlo de alguna manera; pero no lo cortaba, lo carancheaba con el tenedor. Con los pescados  no había problema. porque no tenían sangre ni jugos perturbadores.
Yo, por aquellos años, tenía menos de veinte , y bastantes más de tarada. Con mucho recato, alguna vez, le pregunté acerca de su fobia "a-cortar-la-carne-por-miedo-a-que-gritara". Ella, no sabía nada. Siempre, desde que tenía uso de razón  había sido así.
 Le insistí , entonces, en si alguna vez había sido víctima de algún atropello o testigo de algún crimen. Nada. Nunca le había pasado nada.
 Un día hablé con la madre; otro, con el padre: nada, nunca le había pasado nada. El raye era así , de toda la vida.
La fobia de mi compañera de estudios la incorporé  como un dato exótico del cual, al tiempo,  nos reíamos y jaraneábamos, sobre todo cuando la invitaban unos amigos de ella, miembros encumbrados de una embajada , a  los carritos de la costanera. Los tipos,centroamericanos ellos,  eran locos del chorizo y del bife vuelta y vuelta. Para ella, una verdadera tortura, e irremediable : los comía en un felipe que los doblaba en largo, so pretexto lo loca que la volvía el pan,  y siempre, pero, siempre, le incaba el diente de reojo, con la boca ladeada como una hemipléjica. Cuando contaba estas aventuras, se reía con estrépito de las artimañas que inventaba para que los demás no se percataran de lo anormal que era.
Muchas veces hacía retórica, justificándose el raye , por el recuerdo  de un  profesor que había tenido en la escuela de periodismo, un inspirado poeta argentino,  de nombre shakespiriano y doble apellido, que a la hora del crepúsculo corría las cortinas de su estudio, en el barrio de Belgrano, porque grandes tigres de Bengala se paseaban por el jardín, con  lo cual, y como es obvio, le hacía entrar un miedo de aquellos que no se olvidan. Después que lo contaba, delante de cada nuevo público, y dado el encumbramiento del poeta aludido, lo de ella y la carne chillona, pasaba al olvido.
Debo confesar que con Susana hice mis primeras armas en la universidad. En verdad, aprendí a estudiar con método y rigurosidad. Cuando investigaba sobre los textos su mente era como un bisturí. Nada quedaba librado al azar. Nos pasábamos horas , a veces, analizando un sólo párrafo: y por qué  había escrito esto o aquello y cómo se relacionaba lo de aquí y lo de allá y lo uno y su relación con lo otro. Yo , que amaba el estudio , por aquél  entonces, estaba fascinada: era  como la reconstrucción de una mente, de su orden lógico. Así fue como navegué sobre grandes textos subyugantes y enigmáticos como La Ideología Alemana o la Fenomenología del Espíritu.
 Por aquella época, recién venida de la provincia y bastante pajuerana, el vértigo de la vida de Susana constituían ,para mí, un verdadero misterio.Eramos compañeras, más no amigas. 
Poco a poco se fue alejando de la facultad y de mi compañía: empezó a tener, según su propio relato,  ataques depresivos, porque el novio la había dejado y pasaban muchos días  antes de tener una noticia de ella. Sólo sabía , por su madre, que estaba en los cuarenta cigarrillos diarios, y vivía, no a carne, sino a supositorios espasmo-cibalena fuertes.
El día que murió Perón  me llamó por teléfono; recuerdo que por algo que le dije, ya borrado de mi memoria , me acusó de zurda , perejil y boluda, y que me salvaba porque tenía un tío en la Federal . Con insultos, de por medio, no quise saber más nada con ella.
Pasaron muchos años hasta que volviera a verla. Yo , ya no era la misma. Sabía sobre ella, sobre aquellos años oscuros, y sobre su raye.  Supe que , solamente y segun sus propios dichos,  había sido delatora. 
Se había quedado sin dientes. Tenía cuarenta años y postizos. Cuando me lo dijo, como no le creí, se sacó la dentadura, así nomás, los de arriba, enteros. Se quedó seseando como una vieja, pero con el orgullo de haber dicho la verdad.
Supuse, por aquél entoncés, que los malos recuerdos de la democracia primero y luego la dictadura, sobre sus tareas de infiltración, la habían dejado un tanto paranoica.
Dejó de comer carne, aún la vestida de pan. Por lo que me dijo ni el pollo desnudo aguantaba.
La encontré en la oficina de un amigo común de aquellos años oscuros, al que le mendigaba  un empleo entre lágrimas y humo. Estaba más flaca y, en vista del episodio de los postizos, más perturbada  que una década atrás. 
Cuando volví a  verla  pensé que por un pelo  no me había delatado, aunque más no fuera por perejila. Yo había escuchado tantas historias de venganzas personales, amparadas en la guerra sucia que, verdaderamente, no sabía que creer.
Cuando la recuerdo siento una inconmensurable y poderosa memoria del asco.
Ella, sin duda , fue una mas de las víctimas-victimarias que el negocio de la dictadura hubo explotado, usado y luego descartado.
Susana, creo tuvo acabada conciencia de su situación personal; mientras, y a pesar  de su locura, en cierto sentido  evolucionó moralmente. Se excusaba a sí misma por haber sido, nada más, que delatora: la fobia que padecía la inhabilitó para pasar máquinas y otros tormentos, porque, la pobre basura, no soportaba que la carne gritara.

Relato extractado de "La Memoria de las Calles...las calles de la memoria". Liliana H. Rodríguez. Ed. Pardo.1999.Buenos Aires.
 

miércoles, 13 de abril de 2011

La Democradura

A lo largo de toda esta semana los diarios han sido en extremo prolíficos en cuanto a noticias y columnas de opinión, referidas al devenir político argentino de signos verdaderamente contrarios. El arco va desde el triunfalismo oficialista a la desazon opositora, en líneas generales. Desde las afirmaciones temerarias de una ministra, a su propio desdecir. De los tanteos de un candidato sobre su postulación nacional, a su intensión de abroquelar políticas de Estado entre toda la oposición fragmentada. Del triunfo de un gobernador, para su segundo mandato, tildado de oficialista que, ahora, quiere ser considerado único en su raza. De ser propio de ella,  a ser llamado "gorila" por representantes de -al decir de Abel Posse en su artículo de Perfil del domingo 8/4/2011 EL ATAQUE A LAS LIBERTADES BASICAS- Nuestra desopilante barbarie- la burguesía sindical de Rolex, BMW y hasta con aviones privados.

 Esta "columna vertebral" del movimiento, en el imaginario peronista, a su vez, prepara, para el 29 de abril, una movilización de un millón de adherentes de la CGT que dirige Moyano, como expresión de poder para propios y extraños, y con la consigna, no expresada, de poner "las barbas en remojo". El Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no quiere dar su permiso para semejante movimiento de personas en una ciudad, de hecho, ya sitiada. La experiencia indica que la potestad por ley, de la Ciudad Autónoma, poco importará a la hora de hacerla efectiva, como ya lo ejercitara Luis D´Elía en su larga caminata, y cuya demanda en la Justicia terminara sin siquiera una reprobación. Pero sí, ríos de tinta y horas de televisión, con dimes y diretes que condujeron a nada. Sólo al reforzamiento del piquete como método y hasta como forma de vida, que tiene como paradigma, en las mismas palabras de Posse, una ilegalidad predominante y una contraconstitución vigente.

Más que un arco de contrastes lo veo como un arco voltaico, donde ocurre " una descarga eléctrica  entre dos electrodos, sometidos a una diferencia de potencial y colocados en una atmósfera gaseosa enrarecida".

Metáforas al margen, también es posible utilizar el término Quilombo, definido por Torcuato Di Tella, en su Diccionario del Político Exquisito, como Sistema hiperdeterminado, con más ecuaciones que variables, y que por lo tanto no tiene solución. Más que un adjetivo, utilizado hasta el hartazgo en la verba cotidiana vulgar, parece una nueva categoría de análisis en la teorización del sistema político argentino, sólo similar al italiano actual, al que muchos argentinos le deben  su patronimia.

Más allá de las sonrisas, "estamos paralizados con callada resignación", volviendo a citar a Posse. No obstante, uno recorre los foros y queman las pantallas del odio de unos y otros. En otros ámbitos, no virtuales, la gente, o algunos coterráneos con los que se departe, está resignada a este espectáculo del que se espera el capítulo siguiente con una suerte de consigna: más de lo mismo. A qué candidato? Quién es el menos peor?

 La ley de la democracia, como todavía está por verse en la provincia de Chubut, a muchos días de su elección para gobernador, exige que se gane por un voto. Un sólo voto, vaya a saber uno de quién...si de un alma magnánima o de un delincuente, dictaminará quién se subirá al carro triunfal de los vencedores. En esta provincia argentina, dos facciones de un mismo partido, se han enfrentado. Cuentan voto a voto, como los porotos que representan pesos en un partido de Truco. Muy atrás han quedado los proyectos de gobierno, o la decencia implicada en los mismos. En el electorado, ese agregado esquivo para algunos, cunde cierta resignación a la hora de votar no un gobierno, sino la confiscación de la libertad o la soberanía, por otro período de cuatro años. Muchos lo han advertido y toman partido de esta ventaja, sin que el verdadero sujeto de la democracia, "la soberanía del pueblo expresado en las urnas" se haya dado cuenta. Más que democracia, parece democradura en lo que nos hemos convertido.
Se me dirá que el gran problema argentino es la educación, o como yo lo llamaría, la "construcción del ciudadano", una categoría de análisis para el investigador o para el político, pero para quién lo encarna debiera ser tan importante como el de "contribuyente", "locatario o locador", "víctima o perpetrador", etc., etc. La virtud del ciudadano a través de su voto pareciera estar corrompida, casi tanto como la ley y como su cumplimiento efectivo, envilecidos hasta por la propia Ministra de Seguridad.

Jean Fracoise Revel (en su prólogo a Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, de Maurice Joly) dice con mucho acierto, comparando dos sistemas de gobierno: "El totalitarismo exige mucho más del ciudadano que, a su modo, la dictadura o la democradura. Estas últimas no se interesan más que por el poder político y el económico. Si el ciudadano no molesta y no dice nada, no tendrá problemas. Basta con su pasividad. El totalitarismo, en cambio, pretende hacer de cada ciudadano un militante. La sumisión no le basta, exige el fervor. La diferencia entre un régimen simplemente autoritario y uno totalitario está en que el primero quiere que no se le ataque, y el segundo considera un ataque todo lo que no es un elogio. Al principio le basta con que no se le desfavorezca; el segundo pretende además que nada se haga que no le favorezca" (el subrayado es mío). Aquí, los sistemas descriptos, se me hacen borrosos en sus límites para el caso argentino.

Como buena idiota que soy, busco explicaciones donde sea. En las teorías cibernéticas de la política como así en los clásicos. Y cuando reeléo a Marcos Aurelio, en sus Meditaciones, en un día como hoy en que ha caído la primera nevada del 2011, en estas montañas, en este silencio sólo transgredido por algunos pájaros que vuelven a sus nidos, o por el viento que mueve el bosque, en el silencio de la nevada, pienso en sus primeras consideraciones, y de quiénes el se considera  deudor. Así habla de su hermano:

De «mi hermano» Severo : el amor a la familia, a la verdad y la justicia; el haber concebido la idea de una constitución basada en la igualdad ante la ley, regida por la equidad y la libertad de expresión igual para todos, y de una realeza que honra y respeta, por encima de todo, la libertad de sus súbditos.

Marcos Aurelio murió en el 180 de nuestra era. A más de un argentino, muchísimo más idiota que yo, le hubiera gustado un gobernante estoico como él. Por desgracia, hasta Hannibal Lecter, o sus émulos, lo leyeron  y lo comentan, dando cátedra de sus principios. Pero esto, ya es nuestra historia, la de los contemporáneos que, por acción u omisión, hemos envilecido estos principios.

En mi idiotez superlativa, y con una admiración por las pequeñas cosas hechas causas nacionales, observo ciertas historias, de otros países, en donde una muestra de sombreros sofisticados, en un Derby, se convierte en el evento nacional por excelencia; o como cuando Charles de Gaulle se quejaba de los franceses  diciendo "Cómo se puede gobernar a un país en que hay trescientas variedades de queso?".





martes, 5 de abril de 2011

Las Escuelas de Kristina

En los últimos dos días, el Gobierno argentino ha lanzado dos programas de participación ciudadana, con los auspicios de algunas organizaciones políticas como "La Cámpora","Negros de Mierda", "PJDigital" y "Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo".
 El programa lanzado por la Jefatura de Gabinete, llamado Panal (su diseño gráfico es el de celdas hexagonales, como los verdaderos panales) está orientado hacia la formación de nuevos dirigentes jóvenes, algunos provenientes de "Negros de Mierda", por ejemplo, que tendrán su futuro gobierno, en diez años, así lo estimó el propio Jefe de Gabinete, todo bajo la impronta de "continuidad del proyecto". Este último concepto hace referencia a la continuidad de los modos, estrategias y acciones que se llevan a cabo en la Argentina, desde hace casi ocho años.
 El presupuesto para este programa, , no se ha hecho público ni se hará, según informaron, ya que los recursos los aportan distintos organismos con los que la Escuela Nacional de gobierno está asociada, y es imposible determinar cuánto dinero se asignará, según lo dijo su propio director. Se adelantó que habrá 15.000 matrículas disponibles y nodos en cada provincia argentina para el mes de diciembre de 2011, como una primera etapa.
 El Jefe de Gabinete insistió en que el programa convertirá a los educandos en Apóstoles, pero no "un conjunto de tarados que dicen amén". Agregó, también, que estos Apóstoles deberán luchar por la conquista del poder, ya que formarlos sin que ellos hagan política es como "poner a un eunuco en un harén".
 Agregó, más adelante, que ya se "olía a octubre" (en relación a las elecciones presidenciales que la Argentina tendrá en ese mes) y que se necesitaba de todos para que la muerte del esposo de la presidenta y ex presidente argentino no hubiera sido "al reverendo pedo".
 El otro programa, lanzado por la Ministra de Seguridad,en el día de ayer en la Biblioteca Nacional, de la ciudad de Buenos Aires,"Plan Nacional de Participación Ciudadana" tendrá como base la presencia de los ciudadanos, agrupados en distintas organizaciones sociales, en foros para auditar las políticas públicas de prevención del delito, y una suerte de observatorio de las 53 comisarías de la Ciudad de Buenos Aires. Su fín último es "ganar la calle y el espacio público" y que al efecto se crearán "escuelas de participación comunitaria en seguridad".

Hasta aquí esto es una noticia real, veráz, fidedigna, que he tomado de los medios argentinos digitales. Esto es el discurso oficial, aún con los exhabruptos, ciertas palabrotas, frases bizarras y nombres de organizaciones que son reales, y no adjetivos puestos. De estas Escuelas, que producirán especialistas comunitarios en seguridad y en gestión gubernamental, no sabemos ni su currícula ni sus docentes y menos aún los antecedentes académicos ni los prontuarios que los anteceden. No sabemos si "especialista comunitario en seguridad y gestión gubernamental" es un eufemismo de las "patotas", es decir, grupos sociales irregulares, amparados por la impunidad del poder y que, por lo general, están armados, y no solamente harán acciones específicas sino que además harán inteligencia social de opositores, hasta del hombre más común no adicto.

Pero este telón escenográfico lo que cubre, en realidad, es la estrategia de demostrar que las políticas públicas se extenderán mucho más allá de la elección de octubre, y que todo es un "calentar motores" para el verdadero Reinado de Kristina. La elección presidencial será un mero trámite para ellos, y los alienta ciertas encuestas de opinión, hechas por consultoras no adictas que revelan, al parecer, más del 50% de apoyo a esta gestión.

Vemos que el gobierno argentino ha aprendido la lección que todo su arco opositor, fragmentado por ahora, se niega a construir: aún a riesgo de jugar con fuego le dan la bienvenida al nuevo partido político del dirigente social  D´elía, siguen protegiendo a los Moyanos y a toda la burocracia sindical de la CGT. Han dividido a la CTA, la central obrera opositora, que tiene dos secretarios generales, y uno de ellos es oficialista. Subvencionan de modo millonario a las Madres de Hebe de Bonafini y ni un sólo peso a las viejas de Línea Fundadora. Han logrado lo que muchos gobierno no pudieron: crear una Argentina dividida y exhasperada, donde el que no está conmigo está en contra de mí. Han logrado, así mismo, conquistar una justicia que, casi, mira para otro lado las denuncias por cohecho, por narcotráfico, por enriquecimiento ilícito y demás frutos de la corrupción.
Como dijo en un brillante artículo, publicado en Libertad Digital de España, el periodista Horacio Vázquez Rial: "Cristina coquetea mal, en sus relaciones interfieren los matones de D´Elía , el más poderoso de los jefes de grupos de choque que sirven para barridos y fregados violentos: tanto corta carreteras como rompe cabezas o pega tiros, es multitarea. Sus chicos entrenan, no son improvisados, y lo hacen en terrenos que otrora fueron del ejército. Sitio adecuados para las bandas en un país en el que imponen su ley, con una ministra procedente de la cúpula montonera, guerrillera de la selva y de la ciudad, a cargo de la defensa primero, de la seguridad ahora".
Me pregunto, en esos terrenos harán las prácticas los educandos de la Escuela de Participación comunitaria en Seguridad? Tendrán materias complementarias o extracurriculares los aspirantes de PANAL?

Mientras tanto, en la Argentina, se ha creado  una especie de animal mitológico con poder, no sé como llamarlo, puede ser un  hipogrifo, mitad caballo mitad grifo... pero el grifo, a su vez,  era mitad águila y mitad león, de modo tal que no sabemos muy bien como es su morfología y como se manifestará en los próximos meses, según sean los cuartos o quintos... de animales feroces que lo componen.

La Viuda sigue de negro y habla poco, es dueña de su silencio y se reserva sus ambiciones, según como pinte el día. Los promotores del programa PANAL la llaman la Reina, y los apóstoles, que saldran de sus escuela de gestión gubernamental, son sus abejas obreras, sólo trabajando para ella, eso es lo que dicen. Y aunque lo sepa y lo disfrute, ella sigue siendo la excusa de una banda organizada.

domingo, 3 de abril de 2011

Reivindicación de los porteños

La historia argentina está surcada de desgarros por sus divisiones sociales; en un país extenso, con densidades demográficas contrapuestas, con oportunidades económicas dependientes de la posición geopolítica de algunas ciudades, las batallas entre sus agregados sociales, entre sus regiones históricamente contrapuestas por estos desequilibrios, han merecido un único culpable, todavía denostado, luego de doscientos años de argentinidad, que se resume en el concepto antropológico de "porteño". Estos se contraponen, históricamente, al "resto" del país, o de la "argentinidad". Dónde está la verdadera? la genuina? la única? Dónde está ese denominador común que nos hace a todos los argentinos iguales, no ante la ley sino ante la magna disciplina antropológica? Esto es un devaneo de intelectuales a la madrugada de un sábado, con algunos tragos demás. Pero la resaca aparece esplendorosa al día siguiente, y lo vuelve a preguntar.

Hace diez años que vivo en "el interior" del país, lo cuál no significa vivir en la Argentina profunda, concepto que también debiéramos definir. Pero estar a dos mil kilómetros de la "cabeza de Goliat" hace un discreta diferencia. Discreta, en mis términos, porque los porteños, como yo, hemos inundado "el interior" del país casi como una plaga. No dejo de hacerme esta reflexión, en estos tiempos en que el gentilicio infame del Puerto de Buenos Aires ha "infectado" el interior impoluto y los desplazados del mismo han colonizado la Ciudad Autónoma del Puerto consabido y sus dos cordones suburbanos ya en la provincia, que hoy alberga al cuarenta por ciento del electorado argentino. Este proceso comenzó en los albores del peronismo cuando estos desplazados fueron llamados el aluvión zoológico; execrable concepto acuñado por los generadores de antinomias.

Quizás, esta antinomia sea la más relevante, entre las muchas que tiene la Argentina.
A mi entender idiota, se basa en una especie de "mirada por arriba del hombro" que los porteños tienen, por las ventajas comparativas de poseer, entre otras cosas, el gobierno central allí y todo lo que significa el tráfico de influencias.
Muchos provincianos han sido presidentes de la República, sin embargo, sólo a un bonaerense se le ocurrió -y sólo eso- de cambiar la capital Federal a otra provincia; el frustrado intento tuvo por denostadores a muchos paisanos de tierra adentro.

Entonces, los porteños son de m... y los provincianos, la Argentina Profunda?

Ayer por la noche me invitaron a una "milonga"...sí, aquí en el medio de las montañas, en el medio de la Cordillera de los Andes, con inviernos rigurosos, de muchos meses de frío y escazos dos meses de calor.Donde todos andamos arropados y vestidos como cebollas; con borceguíes, botas de abrigo, gorros y guantes y sombreros, sí sombreros. Todos, en nuestra vestimenta, somos montañeses. Sin embargo, ayer, fue una revelación ver a la tribu de la milonga: vestidos sin hombros, lentejuelas, encajes, zapatos de tango destellantes de brillos y "cachafaces" de riguroso traje negro y corbata. Este adminículo masculino es impensable en un pueblo como éste ya que, es bien sabido, que sólo los predicadores de los domingos van ataviados de esta manera.O en algunos casamientos, único evento que amerita la corbata rigurosa.
Pues bien, me fue gratamente revelador ver el distintivo porteño del tango, de lo que fueran los arrabales, los suburbios de mi ciudad, el origen perdido en el siglo XIX de lo que hoy conocemos como tango.

Fue una milonga caliente donde la tribu no paraba de bailar y la orquesta típica no paraba de tocar. Hermoso espectáculo que me hacía recordar alguna otra milonga, pero en Buenos Aires -en Babilonia- como la de "Niño Bien", donde algunas veces asistí. Me congratulé al ver que nuestra estirpe de malditos, en la historia argentina, tenía , no ya adherente, sino fieles y ciegos seguidores. Claro está, había más de un porteño, alguno como yo que se propagó en el Interior del país como una plaga...pero no importaba en mi visión subyugada del espectáculo.

Ya despuntando el final, cuando todo era encanto, tocó la hora en que la carroza se hizo calabaza y un discurso rompió la magia y me devolvió a la cruel historia de las antinomias argentinas.
Con una suerte de revisionismo histórico del tango se nos dijo, casi como la verdad revelada, que el tango ya no era más porteño; que sus raíces hasta indígenas lo despojaban de su carácter de música y baile ciudadano de los arrabales, ahora era de los argentinos del interior, de los paisanos. No puedo imaginar a mapuches con trutruka, en la noche de los tiempos, dar origen al tango, pero sí vi a una joven con un cultrum tatuado en su pantorrilla hábil junto a un joven de su etnia ser, casi, los mejores bailarines de la milonga.

Me fui silbando bajito, con el rabo entre las patas, pero sólo hasta la puerta de entrada. Cuando vi salir a la tribu engalanada y con el ofuscamiento de una milonga caliente pensé que en algo los porteños hemos contribuido a éste cambio cultural. Por oposición, y es lamentable, las peñas folclóricas  en Babilonia no crecen exponencialmente como las milongas. Quizás deba ser que el traje de paisana en nada se asemeja a las polleras con tajos ni los rutilantes zapatos con lentejuelas y el "charme" (permítaseme ésta sola palabra extranjera) de otras culturas, de otros países, y de otras nuevas colonizaciones.