Las Pérdidas

Plantaré un roble
plantaré otro mas
plantaré el tercero.
No serán rosas ni lirios
como antes...
será uno de los mas nobles
árboles
en lo que nos estamos convirtiendo.

La lucidez es un roble.

La atención hacia el universo
con la mirada hacia las estrellas
hacia las galaxias furiosas
hacia el Dios infinito
que nos habita,
todo en nuestra mirada interna,
allí lo veré crecer,
junto a la ternura -que palabra olvidada-
de los seres que nos atravesaron,
de su memoria presente mientras vivamos.
Otros, con suerte y dedicación
tomaran nuestra posta.

Por mi parte, cada rama y hoja nueva
me recordará la parte de mi dedo perdido,
ese fragmento de humanidad
que me dio mi madre, enmarañada ella
en un bosque confuso, perdida para siempre,
pero ignorante de todos mis dolores.

Cada hoja nueva del sagrado roble
será una nueva página que habré vuelto
a interpretar y la música llegará a casa otra vez,
cuando al fin reverdezca el páramo
de alguna energía ignominiosa.

Mientras tanto
Plantaré un roble, con tu ayuda,
en memoria de las perdidas,
en memoria de nuestra memoria conjunta,
construida entre los dos,
construidas con nuestro amor,
que honra cada ser que criamos,
cada fruto de la naturaleza real madurado o perdido,
cada ser que cuidamos,
cada ser que nos formo y nos convirtió
en lo que somos,
los desmesurados de la vida.

Todo lo demás es viento vano
fantasía vacua
insensatez
tonterías,
imbecilidades en las que
parte del mundo se afana y duerme...
el sueño de los estúpidos.