Un periodista amigo, que vive en Madrid, me ha mandado el Manifiesto de los acampados en la Puerta del Sol. He aquí su texto:
Para conocimiento del personal.....
Manifiesto de los acampados en Sol
DEMOCRACIA REAL ¡YA!
Nadie os obligó a ser políticos. Ninguno de nosotros os pidió que sirvierais al país. Fue vuestra decisión, libre y soberana, así que no vamos a bajar el listón de nuestra exigencia, al contrario, vamos a incrementarlo como nunca antes lo habíamos hecho y vamos a convertir nuestra determinación en el motor de una revolución pacífica que no podréis ni soñar en detener.
Nosotros sustentamos la nación con nuestro trabajo y sostenemos al estado con nuestros impuestos. Nosotros parimos los hijos, los educamos para que continúen manteniendo la nación cuando les llegue el turno y los alojamos en nuestras casas más tiempo del necesario para su vuelo. Y vosotros no habéis hecho vuestra parte del trabajo.
Ahora no tenemos pan para alimentar a muchos de los nuestros. Ahora una generación entera mejor preparada que ninguna otra antes está agonizando sin futuro. Por vuestra culpa.
Ahora lo sabemos: con vuestra hambre de prebendas y vuestra medrosa intemperancia habéis vendido nuestro país y nos habéis vendido a nosotros. Lo peor es que también queréis que paguemos la factura de vuestras pavorosas componendas.
Nosotros cuidamos de los ancianos, mantenemos el ritmo económico del país y hacemos que el progreso sea una realidad para todos inventando internet, descubriendo los principios activos de los medicamentos, aportando ayuda para paliar cualquier desgracia colectiva, viajando a lugares remotos para llevar consuelo o conocimientos, creando los puestos de trabajo y limpiando el chapapote mental con que vuestra negligencia nos roba vidas, haciendas y esperanzas.
Somos nosotros los que morimos por vuestras decisiones, demasiadas veces equivocadas: y es que nosotros ponemos los muertos en los accidentes, en los atentados, en las guerras y en las catástrofes. Vosotros solo nos miráis desde arriba, insaciables, pidiendo más y más y más.
Ahora, cuando las cosas van mal, así sea individual o colectivamente, seguimos siendo nosotros los que apechugamos para salir del hoyo que vosotros cavasteis. Y de paso os sacamos también a vosotros, ingratos, que encima sonreís y os ponéis la medallita que solo es de la masa, de la gente, de la muchedumbre. De la ciudadanía. Nuestra. Y ya hemos llegado al final de nuestro aguante.
Hasta hoy os hemos pedido poco, muy poco. Solamente que no metierais mano en la caja, que no anduvieseis a la gresca por una silla apenas unos centímetros más alta que la otra, que conocierais y respetarais la Constitución, que entendierais nuestras necesidades como sociedad, que fuerais demócratas en el más estricto sentido de la palabra y que protegierais a los más frágiles de entre nosotros. Los servidores públicos sois vosotros y estáis a nuestra disposición, pero lo olvidasteis hace décadas y vendisteis muy barato nuestras vidas, nuestras haciendas, nuestras esperanzas.
Os pedimos muchas veces que nos respetarais como a iguales, que dejarais de perder el tiempo en nimias controversias sobre el tamaño de vuestros egos, enormes por demás. Os gritamos que fuerais más constructivos, capaces y tolerantes, que no dierais tan mal ejemplo a todos los que os hemos estado mirando, atónitos.
Ha llegado el momento de recordaros algo muy importante: este país es nuestro, no vuestro. Y os lo vamos a hacer saber con cuanta determinación y esfuerzos sean necesarios.
Ha llegado el momento. Vamos a recuperar nuestras vidas, nuestras haciendas y, por encima de todo, nuestras esperanzas y nunca más volveréis a robárnoslas.
Ha llegado el momento. Somos más y cada uno de nosotros vale más que todos vosotros juntos porque a nosotros nos mueve la confianza en el nuevo tiempo al que pertenecemos y no vuestro miedo a perder un tiempo que ya murió.
Ha llegado el momento. Vamos a recuperar la sociedad de una nación a la que queremos más que vosotros, con más sensatez y mejores capacidades. Una sociedad que sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere; una sociedad segura de sí y que sabe bien lo que no quiere: a vosotros.
Ha llegado el momento de abrir la caja de Pandora: y ahora solo resta que os vayáis y dejéis el campo libre para que podamos hacer las cosas bien, con la participación de todos y con la hermosa bandera de la Democracia Real izada en nuestros pabellones. No lo pongáis difícil empecinados en vuestra arrogancia.
Idos a casa, politiquillos. Idos ahora cuando todavía os cabe el honor de la retirada silenciosa. Después no habrá tiempo y será muy doloroso.
Estáis despedidos. Sin 45 días. Ni paro.
Democracia Real Ya.
Me hace recordar su lectura a la proclama sintética argentina "QUE SE VAYAN TODOS",con la única diferencia que en la argentina nació en jornadas sangrientas una década atrás, en medio de saqueos a supermercados -donde los manifestantes se llevaban, además, electrodomésticos-, y una confiscación temporal de todos los depósitos bancarios, incluidos los sueldos. La clase media salió con sus cacerolas abolladas y sus martillos a golpear la puerta de los bancos (todavía algunos conservan esta impronta de aquellas jornadas). Cayó el gobierno y luego cayeron algunos más, en sólo unos pocos días. El "corralito", la confiscación temporal y selectiva de los depósitos y sueldos, siguió por muchos meses y la licuación de la crisis fue llevar el dólar a 1.40 pesos cuando ya había trepado más del doble. La pesificación fue la "solución final". Algunos indicadores todavía hoy se siguen manejando con esta cifra y un coeficiente, que contempla la variación inflacionaria -dibujada con descaro, por cierto-. Todavía hoy, diez años después.
Lo que sí se había terminado era la fiesta de los 90 y la convertibilidad. La fiesta menemista había pasado a la historia.
Por aquellos días la gente se reunía en asambleas espontáneas, en algunas plazas, y debatía; luego se metió la izquierda y la ultra y se cambió el enfoque y el intento se desmoronó. No sabemos que hubiera sido, pero lo real fue lo que sucedió. Todo cambió algo para que los que tenían que irse, siguieran y hasta nuestros días.
Hasta ese momento no había planes sociales, que comenzaron luego y se han perpetuado. Tampoco había seguro de desempleo, ni lo hay.
La sociedad, en términos generales, indemne. Como decía Jorge Lanata, cuando se hace historia no se camina por la vereda, se camina por la calle y así fue... sin banderas, sin consignas políticas, con los niños de la mano o a los hombros de los padres. Siete muertos y más de 100 heridos.
Las historias particulares de aquellos meses aciagos, con topes de extracción de dinero y una bancarización ciertamente precaria y defectuosa, ante las emergencias de la misma vida, la que continúa a pesar de los gobiernos, son incontables y trágicas las más de las veces.
Vuelvo a las imágenes del 15M, o Democracia Real Ya, y no puedo dejar de ver cierto tufillo donde la acción de los medios y la propagación planetaria de las imágenes de La Puerta del Sol y su acampe (habrá algún argentino emigrado piquetero que dio la idea?) parecieran la copia casi burda de un nuevo Mayo Francés. Se habla de una extensión a toda Europa de este conflicto. Será?
La crisis europea viene montada sobre la Gran Crisis norteamericana del 2008 y aún no ha terminado. Lo más lamentable sería que pusiera en riesgo a la Unión Europea y que la zona Euro volara por el aire. Todos los esfuerzos están dirigidos a que esa gran posibilidad no ocurra. Pero uno siempre está preguntándose si la Unión es Unión o es un rejunte o matrimonio de conveniencia.
Mientras la burbuja se inflaba se escuchaba decir que ciertos trabajos eran para los inmigrantes, que ningún español los haría. Y, además, se vivía muy bien con el seguro de desempleo; creo que hoy sólo los que han cotizado con más años de trabajo pueden acceder a los mil cuatrocientos euros con hijos a cargo; respecto de ésto último me ha llamado poderosamente la atención que se considere hijos menores a los párbulos de hasta 26 años. Aquí en Argentina los llamaríamos "boludos grandes". Pero, legislaciones son legislaciones. Aquí a los 18 ya son mayores y sólo con 21 pueden salir del país, único impedimento para los de 18.
Yo soy primera generación de argentinos. Toda mi familia es española. Mi abuelo paterno sirvió en el ejército durante tres años en la Guerra de Marruecos. Se vino a Argentina en el 1927, como el resto de mis abuelos en pocos años subsiguientes. Mi abuela materna vino sola de 17 años, y no tenía parientes aquí. Hablar de ellos, de sus sacrificios, pero por sobre todas las cosas de la moral que poseían como hombre y mujeres hechos a su propia medida, me llevaría años de escritos...No quiero aburrir ni pretendería dar lecciones. Solo conservo el recuerdo de su actitud ante la vida y cómo la trasmitieron. "No te des vencido ni aún vencido...mil veces podrás caerte, diez mil te levantarás", eso me decía uno de ellos.
Quiero decir, con todo esto, que la España de hoy, post postmoderna, es muy distinta en su cultura a aquella rispidez de tiempos duros y por cierto oscuros. Esta manifestación del M15 me huele a tufillo pequeño burgués soberbio, y la pretensión de terminar con el establisment es tan imprecisa como contradictoria: nadie tiene memoria en los tiempos de bonanza de dónde salen los seguros ni los subsidios...y parece que tampoco se tiene en cuenta la globalización de las crisis económicas y sus efectos devastadores en otras latitudes. Quizás si a estos jóvenes se les dieran puestos de gerenciamiento en grandes corporaciones o pequeñas, quizás levantarían el acampe y la verborrea tipo Comuna de París, volaría por los aires.
Es humano, aquí, en España y en la China, vivir de las bondades del viento de cola, pero asumir sus posibles riesgos cuando el Estado crece y crece, a expensas de nosotros mismos, es una virtud que pocos tienen.Y cuando la libertad ya está confiscada y estamos en riesgo como ciudadanos no podemos echarle la culpa al monstruo que ayudamos a crear. La verdadera revolución pasa por dentro de las personas, hechas a su propia medida. Como mis propios abuelos que dejaron su terruño, apenas con instrucción pero que sabían que hacer con su vida y su futuro.
Cuando le preguntaron a Madox qué le diría a todos los ahorristas estafados por él, muy suelto de cuerpo contestó: fuck that, que se jodan, por ambiciosos. Terrible afirmación que sin embargo goza de una pequeña parte de sabiduría.

El significado auténtico de la palabra idiota es ser uno mismo. El hombre que es él mismo parece loco a los ojos de los que habitan en el mundo de las ilusiones...Cualquiera que decida ahondar en sí mismo será un idiota... Los necios piensan que ha perdido la razón. Se supone que nosotros estamos en busca de la realidad, de modo que todos deberíamos ser idiotas... Pero nadie nos puede convertir en idiotas...lo tenemos que elegir por nosotros mismos.(acerca del Brindis de los Idiotas.Gurdjieff)
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