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miércoles, 13 de abril de 2011

La Democradura

A lo largo de toda esta semana los diarios han sido en extremo prolíficos en cuanto a noticias y columnas de opinión, referidas al devenir político argentino de signos verdaderamente contrarios. El arco va desde el triunfalismo oficialista a la desazon opositora, en líneas generales. Desde las afirmaciones temerarias de una ministra, a su propio desdecir. De los tanteos de un candidato sobre su postulación nacional, a su intensión de abroquelar políticas de Estado entre toda la oposición fragmentada. Del triunfo de un gobernador, para su segundo mandato, tildado de oficialista que, ahora, quiere ser considerado único en su raza. De ser propio de ella,  a ser llamado "gorila" por representantes de -al decir de Abel Posse en su artículo de Perfil del domingo 8/4/2011 EL ATAQUE A LAS LIBERTADES BASICAS- Nuestra desopilante barbarie- la burguesía sindical de Rolex, BMW y hasta con aviones privados.

 Esta "columna vertebral" del movimiento, en el imaginario peronista, a su vez, prepara, para el 29 de abril, una movilización de un millón de adherentes de la CGT que dirige Moyano, como expresión de poder para propios y extraños, y con la consigna, no expresada, de poner "las barbas en remojo". El Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no quiere dar su permiso para semejante movimiento de personas en una ciudad, de hecho, ya sitiada. La experiencia indica que la potestad por ley, de la Ciudad Autónoma, poco importará a la hora de hacerla efectiva, como ya lo ejercitara Luis D´Elía en su larga caminata, y cuya demanda en la Justicia terminara sin siquiera una reprobación. Pero sí, ríos de tinta y horas de televisión, con dimes y diretes que condujeron a nada. Sólo al reforzamiento del piquete como método y hasta como forma de vida, que tiene como paradigma, en las mismas palabras de Posse, una ilegalidad predominante y una contraconstitución vigente.

Más que un arco de contrastes lo veo como un arco voltaico, donde ocurre " una descarga eléctrica  entre dos electrodos, sometidos a una diferencia de potencial y colocados en una atmósfera gaseosa enrarecida".

Metáforas al margen, también es posible utilizar el término Quilombo, definido por Torcuato Di Tella, en su Diccionario del Político Exquisito, como Sistema hiperdeterminado, con más ecuaciones que variables, y que por lo tanto no tiene solución. Más que un adjetivo, utilizado hasta el hartazgo en la verba cotidiana vulgar, parece una nueva categoría de análisis en la teorización del sistema político argentino, sólo similar al italiano actual, al que muchos argentinos le deben  su patronimia.

Más allá de las sonrisas, "estamos paralizados con callada resignación", volviendo a citar a Posse. No obstante, uno recorre los foros y queman las pantallas del odio de unos y otros. En otros ámbitos, no virtuales, la gente, o algunos coterráneos con los que se departe, está resignada a este espectáculo del que se espera el capítulo siguiente con una suerte de consigna: más de lo mismo. A qué candidato? Quién es el menos peor?

 La ley de la democracia, como todavía está por verse en la provincia de Chubut, a muchos días de su elección para gobernador, exige que se gane por un voto. Un sólo voto, vaya a saber uno de quién...si de un alma magnánima o de un delincuente, dictaminará quién se subirá al carro triunfal de los vencedores. En esta provincia argentina, dos facciones de un mismo partido, se han enfrentado. Cuentan voto a voto, como los porotos que representan pesos en un partido de Truco. Muy atrás han quedado los proyectos de gobierno, o la decencia implicada en los mismos. En el electorado, ese agregado esquivo para algunos, cunde cierta resignación a la hora de votar no un gobierno, sino la confiscación de la libertad o la soberanía, por otro período de cuatro años. Muchos lo han advertido y toman partido de esta ventaja, sin que el verdadero sujeto de la democracia, "la soberanía del pueblo expresado en las urnas" se haya dado cuenta. Más que democracia, parece democradura en lo que nos hemos convertido.
Se me dirá que el gran problema argentino es la educación, o como yo lo llamaría, la "construcción del ciudadano", una categoría de análisis para el investigador o para el político, pero para quién lo encarna debiera ser tan importante como el de "contribuyente", "locatario o locador", "víctima o perpetrador", etc., etc. La virtud del ciudadano a través de su voto pareciera estar corrompida, casi tanto como la ley y como su cumplimiento efectivo, envilecidos hasta por la propia Ministra de Seguridad.

Jean Fracoise Revel (en su prólogo a Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, de Maurice Joly) dice con mucho acierto, comparando dos sistemas de gobierno: "El totalitarismo exige mucho más del ciudadano que, a su modo, la dictadura o la democradura. Estas últimas no se interesan más que por el poder político y el económico. Si el ciudadano no molesta y no dice nada, no tendrá problemas. Basta con su pasividad. El totalitarismo, en cambio, pretende hacer de cada ciudadano un militante. La sumisión no le basta, exige el fervor. La diferencia entre un régimen simplemente autoritario y uno totalitario está en que el primero quiere que no se le ataque, y el segundo considera un ataque todo lo que no es un elogio. Al principio le basta con que no se le desfavorezca; el segundo pretende además que nada se haga que no le favorezca" (el subrayado es mío). Aquí, los sistemas descriptos, se me hacen borrosos en sus límites para el caso argentino.

Como buena idiota que soy, busco explicaciones donde sea. En las teorías cibernéticas de la política como así en los clásicos. Y cuando reeléo a Marcos Aurelio, en sus Meditaciones, en un día como hoy en que ha caído la primera nevada del 2011, en estas montañas, en este silencio sólo transgredido por algunos pájaros que vuelven a sus nidos, o por el viento que mueve el bosque, en el silencio de la nevada, pienso en sus primeras consideraciones, y de quiénes el se considera  deudor. Así habla de su hermano:

De «mi hermano» Severo : el amor a la familia, a la verdad y la justicia; el haber concebido la idea de una constitución basada en la igualdad ante la ley, regida por la equidad y la libertad de expresión igual para todos, y de una realeza que honra y respeta, por encima de todo, la libertad de sus súbditos.

Marcos Aurelio murió en el 180 de nuestra era. A más de un argentino, muchísimo más idiota que yo, le hubiera gustado un gobernante estoico como él. Por desgracia, hasta Hannibal Lecter, o sus émulos, lo leyeron  y lo comentan, dando cátedra de sus principios. Pero esto, ya es nuestra historia, la de los contemporáneos que, por acción u omisión, hemos envilecido estos principios.

En mi idiotez superlativa, y con una admiración por las pequeñas cosas hechas causas nacionales, observo ciertas historias, de otros países, en donde una muestra de sombreros sofisticados, en un Derby, se convierte en el evento nacional por excelencia; o como cuando Charles de Gaulle se quejaba de los franceses  diciendo "Cómo se puede gobernar a un país en que hay trescientas variedades de queso?".





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