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domingo, 19 de mayo de 2013

SinCity

Soy una ciudadana de a pié. Vivo en el medio de las montañas y rara vez bajo a la ciudad que me tiene como habitante. No soy nadie...soy yo, con mi historia, mi formación académica, mis antiguos lugares de trabajo y trascendencia. Hoy, vivo consustanciada con la naturaleza exhuberante, con el milagro de la sucesión de las estaciones, con sus características, que aprendí en estos años, con mis siete perros y mi gato. No soy hippie, vivo una vida sencilla luego de haber trabajado muchos años en plena City Porteña. Soy  de Buenos Aires hasta el tuétano y exiliada en mi propio país.

Abandoné la docencia hace muchos años, neurotizada. Hoy, más que nunca, no podría ejercerla...no podría hablar de libertad y representación política; de Constitución, de Partidos, de responsabilidad social, del ejercicio de la voluntad con firmeza, de la perseverancia, en el aprendizaje de virtudes, en el desarrollo de todas nuestras aptitudes puestas al servicio de nuestro desarrollo y armonía con la comunidad, de la que formamos parte. Tengo formación educativa jesuítica y la aproveché hasta en los ejercicios espirituales de San Ignacio...la introspección en la búsqueda de sacar malezas de nuestra propia humanidad...Todo un trabajo de la voluntad con cierto escarnio personal.

Sin embargo, abandoné la docencia y con ella la posibilidad de transmitir lo que sé y como lo siento, con mis valores, y mis convicciones...a todo riesgo, salvo la amargura de predicar en el desierto. Porque la confabulación es grande y compleja; no es lidiar con la inmadurez de los adolescentes o los niños, es luchar contra el núcleo familiar cooptado por la desesperanza y la tristeza de las frustraciones, el facilismo, la delincuencia, la droga, la violencia, la ingratitud, la mentira, la codicia a cualquier precio, los avatares de las políticas económicas improvisadas, o destinadas a expoliar a los ciudadanos. Toda una trama compleja, pletórica de desdén para que unos pocos se salven u otros vivan a expensas de ellos.

Estos núcleos degradados son, en parte, la representación de la sociedad,  que oscurece a los bien intencionados, que toman de rehén a toda esa gente, esa Buena Gente de la que se jacta el actual gobierno.

Gran parte de la sociedad lo ha consagrado, y con él, sus modos y maneras de interpretar la fabulosa maquinaria de las instituciones del Estado en beneficio propio y no de la Nación...sólo se opera a favor de los propios miembros gobernantes, del entorno empresario que le da sustento al latrocinio, del electorado militante, y de todo intelectual o dirigente social cooptado por el dinero. Algunos son decanos de facultades nacionales, dirigentes sociales y empresarios. El miedo a las represalias o la tajada de poder o prestigio obran a favor de la obsecuencia.

Todo el sistema educativo argentino está contaminado con la propaganda de los 70. La Cámpora hace su trabajo de adoctrinamiento hasta en los Jardines de Infantes...y con el cuentito del Nesternauta. Ya no cabe, en estos tiempos, Eva, mi mamita y yo.

Conozco jóvenes instruidos, recientes profesionales, desperdiciar los inicios de sus carreras en pos de organizaciones políticas para trabajos de campo que ni tienen la rigurosidad de la investigación y diagnóstico, ni llevan soluciones concretas a las pobres gentes, a lo sumo llevarlas a una comisaría  por haber sido golpeadas por violencia familiar, algunas, o desidia en la salud, con partos inminentes que desconocían, o vacunarlos a la fuerza. Solo se juntan para hablar de lo que ven, elaborando ciertas conclusiones y recomendaciones que no le llevarán a ningún funcionario ni será parte de un plan maestro de salud. Todo al servicio de mantener activa la militancia y sin ningún otro fin.

Ignorancia...Contra esto no se lucha, pero se instruye. Educar para la ignorancia es el adoctrinamiento. Aunque tenga pobres resultados, toda la maquinaria del Gobierno está puesta en este sentido. Esto es el Relato.

Cómo educar para la libertad y la responsabilidad social a rajatabla, aunque sea incómoda en algunos casos? Educar para esa última frontera?

No voy a ser políticamente correcta. Este es un blog personal y libre. No estoy afiliada a ningún partido político, en la actualidad, y me considero una mujer de ideas y no de ideologías. Pero hay un sustrato básico, inconmovible.

A raíz de la muerte de Videla escuché razonamientos y pontificaciones de periodistas que en aquellos años todavía tomaban el Toddy o el Vascolet. Leí los comentarios de los esbirros del Gobierno en Derechos Humanos, todos para la gilada o la tribuna...pero muy pocos dirigidos a los que consideran la Justicia, no como represalia o venganza, sino como un sistema exquisito donde hasta los derechos de los condenados son observados.

En el 76 yo tenía 21 años, y estaba a dos de recibirme en la Universidad. Fui protagonista de aquellos tiempos y departía con algunos que hoy están en el Anexo de la CONADEP.
Algunos comentarios han pontificado acerca de la sociedad que le dio sustento al Golpe Militar del 76. Como que fuimos una especie de avestruces, ocultando nuestras cabezas del drama que se había desatado. Que elegimos, como sociedad, esa doble moral oculta en el Algo Habrán Hecho.
En definitiva, que fuimos una sociedad cómplice ante la ignominia...

Sin embargo, había que vivir en esa sociedad donde el asesinato político era moneda diaria. Para los jóvenes de hoy es imposible imaginarse lo que vivimos nosotros, teniendo la misma edad. Es cierto que uno se acostumbra hasta las bombas que caen en una guerra, pero mirado en perspectiva, la muerte nos acompañaba todos los días en los titulares de los diarios y en la experiencia tangencial.

La desinformación que existía en aquellos años, visto con los ojos de hoy, era aplastante, desde los canales de televisión intervenidos -obra del gobierno democrático de Isabel Perón-, las radios silenciadas de realidad, enterándonos por Radio Colonia, de Uruguay, si había estado de asamblea en los cuerpos militares, o enterándonos de todo lo que aquí no se podía saber. No había otros medios de comunicación, menos aún Internet o redes sociales. Era el paleolítico de la política 2.0

Hoy sí es imperdonable para la sociedad no sopesar y tomar postura, con toda la información que posee. Sino lo hace, es porque ya ha tomado una posición. Quizás el nefreguismo.

Entre la ignorancia, el adoctrinamiento y el nefreguismo...es difícil quedarse con alguno. Todos operan en el mismo sentido de una sociedad que, a décadas de un baño de sangre, no evolucionó hacia ser mejor en su cultura cívica, es decir, considerar la Justicia, hoy, como un sistema de compensaciones monetarias y venganza. El propio ex juez Baltasar Garzón, ideólogo sin quererlo de la cultura política K, ha querido hacer su negocio hasta con la Guerra Civil Española, como si aquellos republicanos hubieran sido mártires en todos los sentidos y sus deudos, bisnietos por cierto, objeto de compensación monetaria por la guerra.

Es la sociedad actual mejor que aquella de los 70 que nos estigmatizan? y puestas ambas en contexto?


Hoy es fácil criticar a aquella sociedad, pero no es menos serio que la sociedad actual, convalidando la corrupción, el latrocinio y el educar para la ignorancia.

Muchos funcionarios prominentes de este gobierno fueron parte de las organizaciones armadas que se levantaron contra el gobierno democrático de Isabel Perón. Muchos de ellos eran del Partido Comunista, uno de los que avaló el Golpe del 76. Hoy son funcionarios, secretarios de Estado, del gobierno K. Pasar por alto estos datos, sabiéndolos, es tragarse un sapo...o ser un imbécil, o un analfabeto de la historia.

Educar para mostrar las obviedades de una sociedad ultra informada, a la que le nefrega lo que sabe, no es para mí. Perdería la vida en el intento...por eso disfruto de este lugar en el mundo, para mis amigos recluida como loca mala. Matizo mis días con la música, el invernadero, mis siete perros y mi gato. Siguiendo el pulso de SinCity a través de la web y expresando, aunque nadie me lea, mis apreciaciones de la Argentina, casi como una pasión enfermiza.

Por último, y como comparación de cultura Cívica y sistema de Justicia, veo que el sistema carcelario de la Argentina se está volviendo mas inmoral que SinCity...no por Vatayón Militante con el cuál se asemeja, sino que por lo menos en la película  a un condenado a muerte lo recuperan en su salud para este final.
Qué concepto de los Derechos Humanos, no es cierto?

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