En 1884 Maurice Joly escribía Diálogos en el Infierno (1) y se preguntaba -recalco la fecha...siglo 19-
Que el autoritarismo sea personal o colegiado es una cuestión secundaria; lo que importa es la confiscación del poder, los métodos que es preciso seguir para que dicha confiscación sea tolerada –es decir, para que pase en gran parte inadvertida—por los ciudadanos...(...)
Así, se volvía a preguntar y como parte de su respuesta:
¿Acaso no nos hallamos en un terreno conocido cuando leemos que el despotismo moderno se propone “no tanto violentar a los hombres como desarmarlos, no tanto combatir sus pasiones políticas como borrarlas, menos combatir sus instintos que burlarlos, no simplemente proscribir sus ideas sino trastocarlas, apropiándose de ellas”?En el prefacio a esta obra, escrita por el grandioso Jean F. Revel, este nos dice, categóricamente
Se trate de la destrucción de los partidos políticos y de las fuerzas colectivas, de quitar prácticamente al Parlamento la iniciativa con respecto a las leyes y transformar el acto legislativo en una homologación pura y simple, de politizar el papel económico y financiero del Estado a través de las grandes instituciones de crédito, de utilizar los controles fiscales, ya no para que reine la equidad fiscal sino para satisfacer venganzas partidarias e intimidar a los adversarios, de hacer y deshacer constituciones sometiéndolas en bloque al referéndum, sin tolerar que se las discuta en detalle, de exhumar viejas leyes represivas sobre la conservación del orden para aplicarlas en general fuera del contexto que les dio nacimiento (...), de crear jurisdicciones excepcionales, cercenar la independencia de la magistratura, definir el “estado de emergencia”, fabricar diputados “incondicionales”(...) nada de todo esto omite este manual del déspota moderno sobre el arte de transformar insensiblemente una república en un régimen autoritario o, de acuerdo con la feliz fórmula de Joly, sobre el arte de “desquiciar” las instituciones liberales sin abrogarlas expresamente. La operación supone contar con el apoyo popular y que el pueblo (lo repito por ser condición indispensable) esté subinformado; que, privado de información, tenga cada vez menos necesidad de ella, a medida que le vaya perdiendo el gusto.
Y agrega, certeramente:
Pretender que un detentador del poder no es un dictador porque no se asemeja a Hitler equivale a decir que la única forma de robo es el asalto, o que la única forma de violencia es el asesinato. Lo que caracteriza a la dictadura es la confusión y concentración de poderes, el triunfo de la arbitrariedad sobre el respeto a las instituciones, sea cual fuere la magnitud de tal usurpación; lo que la caracteriza es que el individuo no está jamás al abrigo de la justicia cuando solo la ley lo ampara.La desesperanza argentina de muchos millones, aún perdedores de la última contienda electoral, de ese extemporáneo 46%, consiste precisamente en esto, no estar jamas al abrigo de justicia cuando solo la ley nos debe amparar.
En la Argentina de hoy día, 27 de abril del 2012, la Justicia Federal está cooptada en algunos jueces y amenazada en otros. Estos últimos, sin coraje, solo como profesionales de la carrera judicial, hacen del miedo a la pérdida de sus privilegios la claudicación de sus deberes como poder del Estado.
Esto es desesperanzador, sin justicia el poder se vuelve impune, sin castigo, sin escarnio público, y aquellos que cometen el Latrocinio tienen una fiesta -así ha sido pensada- en el Estadio de Velez, hoy a las 19 hs.
Al ciudadano común sólo la ley lo ampara, pero el manto de la injusticia, viste a este país. La ley se ha convertido en una caricatura más, ya que ha perdido la rigurosidad y fuerza en la igualdad proclamada de los hombres. La Injusticia Federal ha hecho su faena.
Leyendo el libro de Juan Gasparini, La Injusticia Federal (2), relativa al affaire de las coimas en el Senado, durante el gobierno de De la Rúa, con fondos reservados de la SIDE, parece, a la distancia tan corta, por cierto, de algo más de una década, casi un affaire menor. El pago de sobornos para la aprobación de leyes en el congreso Nacional, off de record, parece una práctica habitual. Pero más aún, y como una subespecie del cohecho, el disciplinamiento de las provincias con la Coparticipación Federal, a través del voto de los senadores, es escandalosamente publico.
El propio Gasparini, con inocencia concluía su libro de este modo:
Creo que Gasparini hoy debió perder su capacidad de asombro con el Affaire Boudou-Ciccone...y mas aun porque hay mas propios que extraños. Las coimas del Senado de finales de los 90 parecen un juego de niños al lado de todo lo que el actual gobierno oculta.Una vez más se demuestra que todo está por todos lados, y que la frontera entre el bien y el mal pasa por todos los países, todos los gobiernos y, me temo, que por todos los individuos. Cualquiera puede volverse un despótico en según qué circunstancias; nadie está a salvo de caer en la barbarie. Dentro de cada uno de nosotros late alguien que no sabemos cómo reaccionará en situaciones excepcionales, pero cuando la lluvia de mentiras se convierte en tenaz diluvio, hay que temer lo peor, porque de un oscuro milagro sólo puede nacer el mal.A través de este libro he aprendido de la fragilidad del destino de los hombres, donde nada es para siempre. No pudo ser una novela policíaca porque no se lloran muertos, pero ha sido negra porque sale a flote toda la basura de la especie humana.
El Régimen Cristinista rinde tributo, cada día, a la peor afrenta hacia un sistema republicano, trastocar sus instituciones, desinformar a sus ciudadanos, cooptar y amenazar a la ultima garantía que es la Justicia, todo bajo la caricatura de la democracia y solo con los recursos del dinero, la teatralidad del vestido negro y el culto a los muertos, una necrofilia soliviantada hasta la exasperacion: al rollo del decreto de la expropiacion de YPF vendrán otros muchos mas rollos, todos debajo del ataud de NK. Parece sacado de una película categoría C, pero no...es la realidad en el proscenio que representa la Argentina para Cristina Fernandez.
La abdicacion de la Justicia ha hecho del Affaire Ciccone-Boudou el triunfo de los traidores. Todo el gobierno esta comprometido, el Banco Central esta comprometido. El viejo sueño de NK de tener el control del insumo e impresión de la moneda nacional, esta cumplido.
En el inmediatismo que caracteriza a este Régimen, hoy lo celebraran como una fiesta en un estadio de fútbol.
Mientras tanto, los 51 muertos de la tragedia de Once, esperan...aun con los vericuetos leguleyos, con el relato oficial que los niega, con prohibiciones de exhibir pancartas en los partidos de fútbol, con ofrecimientos de dineros a las familias y con una justicia que no podrá mirar para otro lado. Al juego chico de Cristina, a su inmediatez, los que esperan, los damnificados de esta tragedia, seguirán estando allí, mostrándole a la Presidenta el espejo donde no quiere verse reflejada. A la larga, esa sera su condena. Ir por todo y luego quedarse sin nada. Mi Reino por un caballo.
(1)Diálogos en el Infierno,Maurice Joly. www.Librodot.com
(2)La Injusticia Federal, Juan Gasparini. www.juangasparini.com