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jueves, 19 de febrero de 2015

Mi posteo nro 100 o la paràbola de Diògenes.

Sucedió el 18F, el homenaje al Fiscal muerto, a la República herida por la sinrazón de la mentira, del ocultamiento de responsabilidades en dos atentados terroristas, precursores de la Jihad en suelo americano.

Sucedió el 18F en medio de una tormenta atroz en Buenos Aires, como aquella del 21 de julio de 1994 en que escuché, en persona junto a miles que salieron de la nada, la rechifla al Presidente de aquél entonces que -singularidades de la historia- estuvo en el palco de aquel acto, pero no habló. Al menos dio la cara, de corrupto si, pero dio la cara ante los miles, en la Plaza de los Dos congresos.

La contundencia del acto me exime de comentarios. Yo también participé, en mi pequeña ciudad.

De lo que no voy a eximirme, y sin agregar nada más, es del comentario que si el Gobierno y el mundo civilizado creyeron que la Argentina es CFK se equivocaron. Como dijo la Reina Batata, la Argentina no es Punto, es Banca...pero al revés de su información. Somos Banca, como muchos otros países, que defienden la honestidad. 

Algunas veces nos hemos creído ser esa multitud a la que atravesaba Diògenes (http://es.wikipedia.org/wiki/Di%C3%B3genes_de_Sinope) con su lámpara, a plena luz del día, buscando A LOS HOMBRES HONESTOS, y yo lo dominaría, A LOS HOMBRES LIBRES. 
Las multitudes que se movieron en silencio ayer, en todo el país, seguramente piensan distinto respecto de muchas cosas, de candidatos, de detalles de la política...o de cosas banales. Pero lo que sí los aunaba era el sentimiento de la congoja por la libertad y honestidad heridas. 

Nadie, en el mundo, podrá decir, que somos ese rebaño que CFK pretende conducir. Y nadie puede decirlo por las imàgenes que se estampan en las primeras planas de los diarios mas importantes del mundo.

Siento gozo y alegría, aunque sea por este instante fugaz de la Historia, pero ya inscripto en ella. Y nadie lo podrá borrar.

Gane quién gane la carrera electoral, este año 2015, tendrá en su memoria y, mas aun, en su conciencia, lo que auna a los argentinos honestos, a LOS HOMBRES LIBRES de este país.

Las sociedades tienen distintas fotografías que las desnudan y, a veces, las estigmatiza. Pero hoy, la fotografía es esta.




El històrico Cabildo, en pleno centro de Buenos Aires.

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